Distancia: 16,20 km
Desnivel acumulado de subida: 980 m
Dificultad: Media-baja
Duración: 7:00 horas
Otra de las clásicas del senderismo asturiano. Está balizada como la P.R. AS-31 y se desarrolla en el concejo de Aller, partiendo de El Pino y con fin en La Paraya. Atraviesa dos pequeñas joyas de las muchas que la naturaleza creó en Asturias: las Foces del Río Pino y las Foces del Río Aller, joyas que la mano del hombre se encargó luego de engrandecer -si cabe- en el primer caso y de devaluar un poco en el segundo, pero... quizás la carretera fuera necesaria.
Una vez que aparcamos en Molín de Peón, un viejo molino que fue convertido en un vivero de alevines de truchas, comenzamos a caminar por un cómodo camino de tierra que sale a su izquierda y atraviesa el río Valmartín por un puente de piedra. Vamos ascendiendo levemente, dejando varios desvíos menores que dan servicio a numerosas cabañas, para alcanzar, entre cierres de fincas y después de superar un empinado repecho, El Pendu. Pronto nos encontramos con la curiosa fuente de Las Gavilanceras, y un poco más adelante la cuadra del Praón junto a un buen ejemplar de texu. Llegamos al final de la pista y a nuestra derecha sale un desvío que cruza el río por un moderno puente de madera para penetrar en el estrecho desfiladero de las hoces del Pino. Lo hace a través de un camino empedrado que se cree de origen romano. Atravesamos una rústica portilla y un nuevo puente, este de piedra, para finalmente salir a El Posadoriu, cruce de caminos.
Nos olvidamos del ramal que sale a nuestra derecha hacia el Valle del Fondil y seguimos en dirección a la majada Las Campas. Al final de ésta obviamos el desvío a izquierda que sube a Los Pandos, para continuar hacia Las Cuevas, donde el camino serpentea fuertemente para terminar entrando en el Valle de Caniecha por una senda que, a tramos, deja asomar la importancia de su pasado. Atravesamos las praderías de La Caniecha, donde podemos apreciar a la majada de Mayeu Glayiru y su fuente-abrevadero a nuestra derecha, para encaramarnos en su collado a los pies del Pico La Cabritera. Aquí optamos por descender por una pista que, con tendencia SE, nos lleva a encontrarnos con la que viene desde La Brañuela en la Majada de La Texera, que cuenta con una buena fuente. Ahora giramos a la derecha con dirección NO descendiendo progresivamente y, después de pasar por El Acebal y bajar a Fonfría, cruzamos el río para arremeter un fuerte repecho que enlaza en El Carbayalin con la pista que viene del Puerto de Vegarada y, siguiendo cómodamente por ella, personarnos en el pueblo de Río Aller. Lo atravesamos y, ya por carretera y pasando obligatoriamente por las Hoces del Río Aller, los escasos dos kilómetros que nos quedan para dar por finalizada, un poco antes de La Paraya, esta gratificante caminata.
Una vez que aparcamos en Molín de Peón, un viejo molino que fue convertido en un vivero de alevines de truchas, comenzamos a caminar por un cómodo camino de tierra que sale a su izquierda y atraviesa el río Valmartín por un puente de piedra. Vamos ascendiendo levemente, dejando varios desvíos menores que dan servicio a numerosas cabañas, para alcanzar, entre cierres de fincas y después de superar un empinado repecho, El Pendu. Pronto nos encontramos con la curiosa fuente de Las Gavilanceras, y un poco más adelante la cuadra del Praón junto a un buen ejemplar de texu. Llegamos al final de la pista y a nuestra derecha sale un desvío que cruza el río por un moderno puente de madera para penetrar en el estrecho desfiladero de las hoces del Pino. Lo hace a través de un camino empedrado que se cree de origen romano. Atravesamos una rústica portilla y un nuevo puente, este de piedra, para finalmente salir a El Posadoriu, cruce de caminos.
Nos olvidamos del ramal que sale a nuestra derecha hacia el Valle del Fondil y seguimos en dirección a la majada Las Campas. Al final de ésta obviamos el desvío a izquierda que sube a Los Pandos, para continuar hacia Las Cuevas, donde el camino serpentea fuertemente para terminar entrando en el Valle de Caniecha por una senda que, a tramos, deja asomar la importancia de su pasado. Atravesamos las praderías de La Caniecha, donde podemos apreciar a la majada de Mayeu Glayiru y su fuente-abrevadero a nuestra derecha, para encaramarnos en su collado a los pies del Pico La Cabritera. Aquí optamos por descender por una pista que, con tendencia SE, nos lleva a encontrarnos con la que viene desde La Brañuela en la Majada de La Texera, que cuenta con una buena fuente. Ahora giramos a la derecha con dirección NO descendiendo progresivamente y, después de pasar por El Acebal y bajar a Fonfría, cruzamos el río para arremeter un fuerte repecho que enlaza en El Carbayalin con la pista que viene del Puerto de Vegarada y, siguiendo cómodamente por ella, personarnos en el pueblo de Río Aller. Lo atravesamos y, ya por carretera y pasando obligatoriamente por las Hoces del Río Aller, los escasos dos kilómetros que nos quedan para dar por finalizada, un poco antes de La Paraya, esta gratificante caminata.
Lugar de salida: Molin de Peón en El Pino |
Tramo de la pista en sus inicios |
Fuente de Las Gavilanceras |
Puente de entrada a las Foces del Río Pino |
Portilla en la Foces del Río Pino |
Puente del Pasaeru |
Tramo de la "calzada romana" en las Foces del Río Pino |
Puente del Posadoiru |
Camino de Caniella |
Majada de Caniella |
Abrevadero de Caniella |
Pista procedente de Vegarada |
Peña Redonda |
Peña La Cabritera |
Una de las señales del camino |
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Fuente abrevadero en La Texera |
Ruinas camino de El Acebal |
Subiendo al Carbayalin |
Terminante |
Mesa en el Carbayalin |
Iglesia de Río Aller |
Foces del Río Aller |
Otro rincón de las Foces del Río Aller |
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