Asturias sorprende con frecuencia con imágenes de preciosas praderas de altura rodeadas de montañas, en ocasiones de difícil acceso, conformando un circo natural aprovechado históricamente para ganadería y pastoreo.
Toda la zona del Parque Natural de Redes (antes Reres) es lugar concurrido para la práctica cinegética, pesquera y de senderismo verde. Las cabañas de sus vegas, perfectamente rehabilitadas y en uso, ofrecen al visitante una imagen que poco tiene que ver con lo habitual de este tipo de construcciones en cuanto al estado de conservación de las mismas.
Pues bien, la Vega de Brañagallones es una de las más hermosas y recomendadas en los medios.
La habíamos visitado en diferentes ocasiones, pero como le ocurrirá a muchísimos senderistas no guardábamos ni fotos ni registro alguno de las excursiones, por lo que sin pensarlo dos veces nos decidimos a atacarla una vez más con una marcha inicialmente ambiciosa: Bezanes-Brañagallones-Canto el Oso.
Desde Bezanes subimos sin cesar muy fuerte al principio y más moderadamente las cuatro quintas de la senda después. Una parte de la marcha transcurre por zona boscosa que es preceptivo disfrutar con los máximos sentidos, y el resto presume de vistas de montañas que, si no aparece niebla, deleitan y distraen o entretienen lo que queda de camino.
Después de sobrepasar un “argayu” y un túnel se alcanza la fuente de Panduqueman y se llega a la Vega. La vista impresiona y no se olvida jamás. Vacuno y caballar pastando entre cantidad de cabañas a cada cual más bonita y preparada.
Sin embargo algo no va bien: venimos apreciando niebla en las cumbres y especialmente en el Canto el Oso. Insistir en continuar hacia arriba no parece buena idea y decidimos alterar nuestra última parte de la excursión para visitar otra vega también recurrente: Valdevezón.
Por la derecha de Brañagallones, casi a la altura del hotel-albergue, tomamos la senda que sube por la margen izquierda del Río Monasterio hasta una pequeña cascada y un precario puente de madera. Deberemos cruzar para pasar junto a otros dos o tres pequeños saltos de peor acceso.
Dejando dos nuevas cabañas a nuestra derecha, continuamos el sendero en busca de la cueva por donde rebrota el Río Monasterio. El caudal del deshielo y las últimas lluvias nos disuaden para observarla en la distancia.
Tras llegar a esta altura y reponer fuerzas, volveremos por el mismo sitio hasta Brañagallones y después a Bezanes.
Distancia: 26,80 km
Desnivel acumulado de subida: 950 m
Dificultad: Media
3 comentarios:
Bona descripción y perguapu reportaxe fotográficu.
Un saludu
gracias Arturo, ya nos gustaría q nuestras fotos captaran el 10% de la belleza real, y en el mejor de los casos ¿dónde ponemos los sonidos?
La belleza está en el lugar, las imágenes las has puesto tu a la perfección y los sonidos los pone el alma de cada uno.
No dejes algún día de continuar la ruta y ascender a "mi montaña". "Ella" te lo sabrá recompensar, compañero.
Un saludo del "Pisapraos".
http://andanzasdevitipisapraos.blogspot.com.es/2013/09/mi-montana-preferida-el-cantul-osu-caso.html
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