Habíamos visitado el bosque de Peloño en otras ocasiones, pero andar la ruta completa Bedules-Arcenorio disfrutando de los colores otoñales que las hojas de los hayedos en fuerte contraste con las de las demás especies, nunca.
Esperábamos que la luz del día diese margen suficiente para fotografiar los muy diferentes escenarios que nos íbamos a ir encontrando, y la vez, y a muy buena marcha, nos permitiese cubrir los casi treinta kilómetros del trayecto de ida y vuelta propuesto.
Lo hubiésemos conseguido de haber tenido mayor fortuna que con el gris y triste día que nos tocó en suerte.
El Parque Natural de Ponga, de más de 23.500 Ha., se ve recompensado por si lo necesitara, que no, de la Reserva Natural Parcial de Peloño de algo más de quince kilómetros cuadrados.
Un gran bosque: el de Peloño y sus alrededores ocupan casi toda la extensión del parque y constituye una de las masas forestales más notable de Asturias. Un hayedo de más de 200.000 ejemplares, prevalece sobre otras especies como robles, acebos, sauces, servales y hasta avellanos.
Sus cumbres más notables, que prácticamente rodean Peloño, llevan nombres como el Picu Rasu (1.613 m.) al norte, el Sen de los Mulos (1.505 m.) al este, el Collau Zorru (1.841 m.) al oeste, y Peña Ten (2.142 m.) y Pileñes (2.012 m.) al sur.
Accedimos a Les Bedules (1.083 m.) desde Puente Vidosa (km. 135 de la N.625). Tomando a la derecha la PO.2 se pasa por Viego y Fano en dirección a San Juan de Beleño, y hacia la mitad del trayecto, a medio km. pasado Miadoriu, en la Collada Llomena, un letrero nos orienta convenientemente. El camino hormigonado de 1,7 km. de longitud, nos permite llegar a la collada Les Bedules en coche. Las panorámicas desde el mirador de este paraje son un encanto de la naturaleza. Las praderías, los bosques y las montañas que te rodean hacen que el tiempo se detenga. En este caso, como teníamos en perspectiva una larga y ardua jornada, comenzamos a caminar sin dilación.
La calzada de origen romano que ya ancestralmente comunicaba la costa con estos valles, y atravesaba la Cordillera Cantábrica hacia León, no tiene excesivas pendientes y dispone de buen firme.
En un continuo discurrir ascendente en dirección sur, viene al principio muy indicada al coincidir con la PR.AS-181 (Ruta de la Foz de Los Andamios) y la PR.AS-283 (Senda Granceno-Tolivia)
En veinte minutos nos hallábamos en La Biforcadera, cruce de caminos que a derecha nos llevaría a la majada Les Llampes y la Collada de Les Caldes, y a izquierda a Víboli, de los que haremos caso omiso, continuando por el principal: al sur.
Y en una hora más, a hora y veinte de la salida, nos encontramos en la pradería de Collada Granceno. Una cabaña, una fuente y una señal de desvío a la izquierda, hacia la Foz de los Andamios, Tolivia y Puente Güeria, nos entretienen un poco. Hemos dejado detrás, a nuestra derecha: El Rasu, a nuestra izquierda El Monte Pedrosu, y tenemos enfrente el Sen de los Mulos y Peña Subes (1.480 m.). Es una verdadera pena que las nubes bajas de un día ciertamente oscuro nos impiden las exposiciones fotográficas a media y larga distancia.
Ahora la pista gira ligeramente a oeste, descendiendo e introduciéndonos en el Monte Peloño por Monte Bustiellos, y de nuevo al sur, La Palanca y La Horcada Guaranga (1.370 m.). Este es un punto estratégico de referencia por su altura, su portilla metálica y las fortificaciones, trincheras y nidos de ametralladoras estratégicamente situados de triste recuerdo. Hemos caminado ya, prácticamente sin pausa, durante tres horas.
La pendiente del camino en descenso se pronuncia de pronto y en sucesivas eses avanzamos por la margen izquierda del Río Ruaguín. Tras cruzarlo más adelante, saltando de piedra en piedra, de nuevo subimos hasta el valle. Por fin nos encontramos en la Llana de Arcenoriu (1.500 m) y, rodeando un pequeño promontorio, su Ermita, la de la Santina de Arcenorio. Los 8 de setiembre de cada año se celebra aquí la romería a mayor altura, y alejada de vehículos, de Asturias, rememorando la tradición de una antigua feria que reunía una vez al año a casinos, ponguetos y leoneses en un ejercicio de intercambio de ganado, enseres y productos agrícolas.
Desde este valle existe salida a Ventaniella (Puerto y Caserío) entre las PeñasTen y Pileñes hacia el oeste por la Collada de las Arriendas o del Cardal. Al sur podríamos adentrarnos a las praderías de la Vegadona y a través del Puerto de Fonfría pasar a la Uña y Polvoredo. O bien hacia el este, a través de Collada Campa y los Puertos de Llaete acceder a Pío y Oseja de Sajambre. Destacable la importancia de Arcenorio como encrucijada de diferentes destinos.
Si la ida nos llevó tres horas y cincuenta minutos, el retorno lo bajaríamos a tres veinticinco. Y aun así la última media hora era noche cerrada.
En fin, ruta a repetir en día claro, pues si bien disfrutamos de la variedad de colores de la vegetación en otoño, nos faltó la satisfacción de las vistas panorámicas.
Distancia: 28,2 Km
Desnivel acumulado de subida: 1.050 m
Dificultad: Media
Duración: 7 h 30 m
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Les Bedules |
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Primera fuente al comienzo de la marcha |
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Recién rebasada La Biforcadera |
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Majada El Escobal |
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Collada Granceno |
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Su fuente |
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Al oeste Peña Ten y Pileñes |
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Volvemos |
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disfrutando de los colores |
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Acebo |
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Al fonde el Recuenco |