A lo largo del mes de agosto, coincidiendo con sus vacaciones estivales, un amigo leonés organiza cada año una excursión con claros tintes familiares, que no deja de tener cierto punto de originalidad por varios factores de diferente naturaleza.
Tenía en mente desde hace fechas enseñarnos un paraje, para él muy entrañable, que suponía no nos defraudaría.
En Villamanín tomamos la LE.312, variando en Cármenes a la LE.311. Nos desviamos en Robles de Valcueva a la derecha por la CL.626 y a 5,5 km de La Vecilla (LE.321) desemboca en el Río Curueño, el Arroyo de Valdecésar, habiendo labrado durante siglos su derecho al paso por la garganta del mismo nombre.
Allí mismo, en la carretera, justo a la mitad entre Montuerto y Nocedo de Curueño, dejamos el coche para iniciar una de las excursiones de las que nos se olvidan, de las que dejan huella.
Cruzamos un puente para acercarnos a la cascada de “abajo” y ver y disfrutar de un bonito salto de agua, con un acceso preparado y fácil.
Tras retornar a la carretera, subimos por un camino muy pendiente y pedregoso, para descender luego con cuidado hasta la parte superior de la misma cascada. Este tramo es seguramente el más comprometido de la marcha.
Ya nos hallamos en el corazón de la garganta entre las Peñas de San Froilán y Morquera, y frente al Pico de la Prendada.
A partir de aquí el ascenso río arriba hasta otras cascadas de nivel superior no ofrece ninguna dificultad. Un letrero nos indica el acceso a ellas, y solamente deberemos considerar el nivel del agua del Reguero de Valdecésar, pues hemos de cruzarlo en más de una ocasión e incluso caminar a lo largo de su cauce.
“Lo que es bueno para uno…”, la escasez del líquido elemento en agosto nos permitió remontarnos hasta lo más profundo, impidiéndonos, sin embargo y lógicamente, del disfrute de la caída de un buen chorro.
Tras retomar el sendero al punto en que nos habíamos desviado para ver la cascada, seguimos subiendo, ahora con destino a la Capilla de San Froilán. La desviación a la Ermita está señalizada y desde aquí aconsejamos evitar los atajos. Este es uno de los muchos casos en que rodear compensa. El poco espacio del que se dispone en el patio nos hace pensar en los problemas derivados de las multitudinarias peregrinaciones que se manifiestan año a año por su onomástica, como centro de religiosidad y foco de devotos. ¿Cómo accede tanta gente y dónde cabe?, nos preguntamos.
La etapa hasta Valdorria es un paseo.
Un baño en las frías aguas del Río Curueño a la altura de Lugueros, seguido de la inolvidable degustación del cabrito de la zona, permitieron completar las sensaciones y vivencias de una inolvidable jornada estival.
Distancia: 4,90 Km
Desnivel acumulado de subida: 350 m
Dificultad: Media
Duración: 3 horas
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Puente de acceso a la cascada de abajo |
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Pasarela de acercamiento a la cascada |
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Cascada inferior de Valdecésar |
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Inicio de la senda |
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Senda de subida |
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Bajada al arroyo |
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Cruzando el arroyo por primera vez |
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La cascada de Valdecésar vista desde arriba |
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Otro de los pasos del arroyo |
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Interior bosque de Las Hadas |
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Desvió a la cascada de arriba |
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Cruce del arroyo antes de la entrada al cañón |
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Avanzando por el cañón |
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Caminando sobre el arroyo |
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Otro tramo del cañón |
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Acercándonos a la cascada de arriba |
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Cascada de arriba |
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Cascada y pozo Burbuliegas |
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Senda de subida hacia Valdorria |
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Valdorria y su pico |
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La senda de subida antes de la cueva |
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La cueva |
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Interior de la cueva |
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Camino de subida a la ermita |
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Subida a la ermita de San Froilán |
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Peña Galicia |
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Ermita de San Froilán |
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Interior de la ermita de San Froilán |
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Calle de Valdorria |
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Rincón de Valdorria |