TROTONES: Ruta de la Cabeza l'Arcu (PR AS-124) y Pico Cabeza el Arco

A la altura del límite entre los concejos de Sobrescobio, Aller y Caso, se encuentra un valle cuyo cierre de montañas de norte a sur por el occidente: Monte les Andies (1.305 m.), Pico Moroma (1.658 m.), La Llomba (1.708 m.), el Retriñón (1.862 m.) y la Muezca (1.776 m.) parece que desde las alturas conformaran con su concavidad el cuerpo de un arco convencional. Pues bien, si tensáramos su cuerda en disposición de disparo, el vértice del ángulo del apoyo de la flecha se correspondería hipotéticamente con el Pico del Arco o también llamado de la Cabeza del Arco (1.598 m.)

Como se puede adivinar, la ascensión de este pico: Ruta Cabeza de El Arco PR-AS.124, es nuestro objetivo del día de hoy, partiendo de Caleao.

Decidimos aparcar el coche frente al Área Recreativa junto a la Ermita de San Antonio porque, aunque nos queda fuera del pueblo, de todos modos por el camino que aquí finaliza, Ruta de Los Arrudos PR-AS.61, deberemos desembocar a la vuelta.

Ya en disposición de marcha, bordeando Caleao por su parte baja llegamos al “lavadero y molín” de la Fontica del Paseo del Agua y cruzando el Reguero de Avellero comenzamos a subir en dirección sur. A los cinco minutos llegamos a una posición desde la que descubrimos unas panorámicas de Caleao a media distancia ideales para sacar unas fotos del pueblo en toda su dimensión.

Cuando al rato una bifurcación nos propone Valle de Xulió o Pandefresno para la misma ruta, seguimos por Valle Xulió.

A continuación, durante más de media hora de recorrido, disfrutamos por un espeso bosque que nos sorprendería por la variedad de sus especies, con cerezos, avellanos, castaños, robles, hayas, nogales, acebos y otros, todo un ejercicio de práctica botánica sin necesidad de desviarte del camino.

Abrimos una portilla y transitamos por una especie de “calzada romana” para acceder a la Majada de Xulió de poco más de media docena de cabañas nada cuidadas. Desde aquí ya empezamos a divisar el Retriñon que nos sirve de referente porque hacia él nos orientamos. Sin embargo nunca abandonaríamos el camino que está, por esta zona, suficientemente señalizado y pisado.

Una vez cruzado el Valle de Xulió el ascenso se va volviendo más duro y el paisaje se acorta por momentos. De vez en cuando tropezamos con un indicador que nos confirma que vamos bien.

La zona del Mayaín es angosta y sombría, pero de pronto aparecemos en la Collá l’Arco. A Izquierda, SE, se nos erige la Pica l’Arco o Cabeza del Arco; y a nuestra derecha, SW, un poco más distante la mole del Retriñón.

Tras disfrutar de las vistas de la collada, comenzamos a subir zigzagueando por alguno de los escasos caminillos que nos conducen hacia arriba. Como referencia, de los pocos árboles de la falda del pico, pasamos al lado del más elevado, quizás un fresno. Y a partir de ahí, fuimos orientándonos con algún que otro jito. Por momentos la pendiente se vuelve muy fuerte y en más de una ocasión el apoyo de las manos es imprescindible. Casi arriba se puede crestear hasta la cima, ya que como casi siempre el vértice definitivo está tapado detrás; o bien apartándose veinte metros a la derecha subir los últimos cincuenta por “lo verde”.

Al fin coronamos: el buzón de cumbres y una placa no nos deja dudas. Aunque sin un horizonte demasiado limpio las fotos están ahí.

El descenso por el mismo sitio y con sumo cuidado nos llevó el tiempo necesario. El terreno es muy irregular, mezcla de piedra caliza y/o hierba alta y lo muy pindio de la vertiente nos imponía respeto.

Una vez de nuevo en la collada nos decidimos a bajar directamente hasta las majadas l’Arcu y de Felgueru, en dirección este, buscando paso entre los piornos por algún sendero semioculto.

Lo siguiente sería el Valle de la Pandiellina; caminamos bajo la Peña de la Tabierna y el Coriscao, para salir a la Ruta de los Arrudos justo en la Cuesta de Prendeoriu.

A partir de aquí, por pista clara, al poco nos plantamos a las afueras de Caleao junto al coche.