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martes, 17 de agosto de 2010

Peñacorada


La subida a Peñacorada o Peña Corada es una de las clásicas del montañismo leonés, no tanto por su altitud como por la espléndida panorámica que se contempla desde lo alto del macizo, y por el aroma a historia que tiene este lugar: desde aquí dicen que Casiano de Prado inicio sus estudios sobre los Picos de Europa en 1845.

El acceso a Peñacorada puede hacerse desde innumerables sitios: Cistierna, Fuentes de Peñacorada, Quintana de la Peña, Santuario de la Virgen de La Velilla, etc., pero nosotros esta vez quisimos hacerla desde un lugar poco frecuente y nada documentado: Valmartino. 

Aparcamos el coche frente al Mesón La Tejera y desde allí mismo acometemos una pista de fácil andar que sale de frente y que en ligero ascenso nos deja en la majada de Valmartino. Atravesamos esta hasta encontrar al final de ella un pilón. Aquí finaliza la pista, pero nosotros continuamos por encima de él ya por sendero para, en fuerte subida por la vaguada, llegar a una collada (Collado de Lero) atravesada por una alambrada. Aquí tenemos dos alternativas: una de ellas es continuar de frente y, perdiendo bastante altura, alcanzar una senda  que sube por el valle de Díez, que parece proceder de Quintana, y que finaliza en otra collada a nuestra izquierda, la otra opción es subir a la peña que tenemos a nuestra izquierda –La Pedrosa– y de difícil caminar. Al encontrar un jito a la izquierda del vallado, y un poco más arriba una botella de agua, nos hace inclinarnos por esta segunda opción.

Ascendemos la peña con ligera tendencia a la derecha hasta que divisamos la collada sobre el valle de Diez y la senda que veíamos antes, e iniciamos la bajada hacia ella. Una vez aquí ya intuimos a nuestra izquierda otra senda que procede de Cistierna y nos dirigimos hacia ella intentando perder la menor altura posible, rodeando por la derecha una herbosa pradera. Una vez sobre la senda de Cistierna, la orientación ya es fácil debido a la referencia de la Peña que ya empezamos a divisar y a las marcas de pintura, postes indicadores y algún que otro jito.

Después de atravesar unas praderías nos encontramos con una crestería que recorremos con pequeños altibajos por su vertiente sur para llegar a la base de Peña Corada. Aquí acometemos una fuerte subida por una senda pedregosa para llegar a la antesala de la peña. Por el lado norte de la cresta se llega rápidamente a la amplia cumbre con su vértice geodésico, buzón de cumbres y varias placas de grupos de montaña.

Desde aquí el espectáculo es impresionante en cualquier dirección que se mire, ya que Peñacorada es como una atalaya en una llanura: los Picos de Europa, las montañas palentinas –destacando el Espigüete y el Curavacas–, más cerca el Pico Cerroso, Peña Rionda y el Pico Moro con sus dos cumbres, el valle del Esla y las inmensas manchas forestales del Valle de las Casas y de Río Camba…

Una vez contemplado el paisaje iniciamos el regreso por el mismo camino de ida.


Distancia:14 km
Desnivel:785 m
Tiempo: 5 horas
Dificultad: Media-baja

Valmartino
Tramo de pista de subida a la Majada de Valmartino
Pilón dónde finaliza la pista
Subida al Collado de Lero
El Collado de Lero a los pies de La Pedrosa
Praderias que dejaremos a nuestra izquierda
Una de las señales indicativas encontradas en el camino que procede de Cistierna
Senda por la vertiente sur de la cresteria anterior a la base de la Peña
La cima de Peña Corada
Vista desde la cima (Pico Moro, Peña Rionda y Pico Cerroso)
Otra panorámica desde la cima


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