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martes, 4 de agosto de 2015

Cascada de Nocedo - Senda del Reguero de Valdecesar - Valdorria




 A lo largo del mes de agosto, coincidiendo con sus vacaciones estivales, un amigo leonés organiza cada año una excursión con claros tintes familiares, que no deja de tener cierto punto de originalidad por varios factores de diferente naturaleza.

Tenía en mente desde hace fechas enseñarnos un paraje, para él muy entrañable, que suponía no nos defraudaría.

En Villamanín tomamos la LE.312, variando en Cármenes a la LE.311. Nos desviamos en Robles de Valcueva a la derecha por la CL.626 y a 5,5 km de La Vecilla (LE.321) desemboca en el Río Curueño, el Arroyo de Valdecésar, habiendo labrado durante siglos su derecho al paso por la garganta del mismo nombre.

Allí mismo, en la carretera, justo a la mitad entre Montuerto y Nocedo de Curueño, dejamos el coche para iniciar una de las excursiones de las que nos se olvidan, de las que dejan huella.

Cruzamos un puente para acercarnos a la cascada de “abajo” y ver y disfrutar de un bonito salto de agua, con un acceso preparado y fácil.

Tras retornar a la carretera, subimos por un camino muy pendiente y pedregoso, para descender luego con cuidado hasta la parte superior de la misma cascada. Este tramo es seguramente el más comprometido de la marcha.

Ya nos hallamos en el corazón de la garganta entre las Peñas de San Froilán y Morquera, y frente al Pico de la Prendada.

A partir de aquí el ascenso río arriba hasta otras cascadas de nivel superior no ofrece ninguna dificultad. Un letrero nos indica el acceso a ellas, y solamente deberemos considerar el nivel del agua del Reguero de Valdecésar, pues hemos de cruzarlo en más de una ocasión e incluso caminar a lo largo de su cauce.

“Lo que es bueno para uno…”, la escasez del líquido elemento en agosto nos permitió remontarnos hasta lo más profundo, impidiéndonos, sin embargo y lógicamente, del disfrute de la caída de un buen chorro.

Tras retomar el sendero al punto en que nos habíamos desviado para ver la cascada, seguimos subiendo, ahora con destino a la Capilla de San Froilán. La desviación a la Ermita está señalizada y desde aquí aconsejamos evitar los atajos. Este es uno de los muchos casos en que rodear compensa. El poco espacio del que se dispone en el patio nos hace pensar en los problemas derivados de las multitudinarias peregrinaciones  que se manifiestan año a año por su onomástica, como centro de religiosidad y foco de devotos. ¿Cómo accede tanta gente y dónde cabe?, nos preguntamos.

La etapa hasta Valdorria es un paseo.

Un baño en las frías aguas del Río Curueño a la altura de Lugueros, seguido de la inolvidable degustación del cabrito de la zona, permitieron completar las sensaciones y vivencias de una inolvidable jornada estival.



Distancia: 4,90 Km
Desnivel acumulado de subida: 350 m
Dificultad: Media
Duración: 3 horas




Puente de acceso a la cascada de abajo

Pasarela de acercamiento a la cascada

Cascada inferior de Valdecésar

Inicio de la senda

Senda de subida

Bajada al arroyo
 

Cruzando el arroyo por primera vez

La cascada de Valdecésar vista desde arriba

Otro de los pasos del arroyo

Interior bosque de Las Hadas

Desvió a la cascada de arriba

Cruce del arroyo antes de la entrada al cañón

Avanzando por el cañón

Caminando sobre el arroyo

Otro tramo del cañón

Acercándonos a la cascada de arriba

Cascada de arriba

Cascada y pozo Burbuliegas

Senda de subida hacia Valdorria

Valdorria y su pico

La senda de subida antes de la cueva

La cueva

Interior de la cueva

Camino de subida a la ermita

Subida a la ermita de San Froilán

Peña Galicia

Ermita de San Froilán

Interior de la ermita de San Froilán

Calle de Valdorria

Rincón de Valdorria

martes, 28 de octubre de 2014

Peña del Viento



Pasado San Isidro quinientos metros en dirección sur, en un conocido lugar denominado Puente Wamba, comenzamos a caminar por la izquierda, respecto a la dirección Oviedo–León, por una amplia pista denominada Camino de Wamba, a las 10:00 h. de la mañana de un claro día del mes de octubre. Nuestro destino de hoy es La Peña al Viento (1.992 m.)

La Vega de Los Fornos, animada por un arroyo del mismo nombre va siendo devorada por nuestras botas en un caminar por pista de tierra, cómoda, de suave pendiente, y en dirección norte. De frente La Collada del Acebal y a su derecha el objetivo: La Peña al Viento.

Antes de la fuerte subida al Acebal, varios senderos a la derecha nos invitaban a separarnos de la pista forestal acortando por el Valle de Los Pozos. Sin embargo elegimos continuar sin desvíos hasta agotar las revueltas del ascenso de aproximación. De pronto una pradería se abre a nuestro frente, se trata de Acebal con el Refugio de cazadores. Llevamos caminado poco más de cinco kilómetros.

Justo en esa entrada giramos a la derecha por un claro camino que, por debajo de la Peña Los Fornos primero y de Peña al Viento luego, nos conduce hacia el este. Marcas de pintura y jitos nos van orientando y dando seguridad. Procuramos evitar los pedreros de caliza y aprovechando caminos de pisadas de ganado enfocamos hacia el Collado de las Agujas.

Una valla de alambre de espinos nos impide seguir avanzando, pero realmente lo más práctico llegados a este punto es enfocar ya directamente hacia arriba.

Puede resultar interesante, sobre todo a efectos de la búsqueda de encuadres con fortuna, recorrer toda la crestería de La Peña al Viento de este a oeste o viceversa, pues bien, para ello nada mejor que pasar al lado norte, a la otra vertiente, pues lo que aparentemente obliga por la parte meridional a un avance por piedra y roquero con búsqueda de apoyos para las manos en algún momento, se transforma por el contrario en un fácil paseo con mullido césped por piso.

Es curioso que el Pico hace honor a su nombre, y así el fuerte viento en nuestra cara fue una constante durante los últimos repechos de la ascensión.

Una vez en la cima las vistas sobre todo hacia el este nos privan. La Peña del Sellar, La Sierra de Príes y el Cantu del Oso protegiendo la Vega de Brañagallones, El Tiatordos, los Picos de Europa al fondo…

Después, iniciado el retorno hacia el sur, descendimos hasta el Collado de Las Agujas y decidimos recortar por lo más pronunciado de la pendiente para salir a Vega Corea, rebasar el cauce seco del Arroyo Fornos y desembocar de nuevo, poco más arriba de Los Fornos, al Camino Wamba.

La vegetación de bajo brezo y piornales incipientes en la última parte del recorrido no nos dificultaron la marcha.





Distancia: 12,2 km
Desnivel acumulado de subida: 580 m
Dificultad: Media-baja
Duración: 4 h 15 m


Comienza el Camino de Wamba

Y mirando al norte vemos...

Estamos en la Collada Acebal

Y mirando al sur...

Camino de la Collada Agujas rodeando P. al Viento por el sur

Al sur

Mirando al oeste destaca el Pico Cascayón

Vemos Peña al Viento desde Cdo. Agujas a la izda.

Y a la dcha. la Rapaina y la Rapaona

En el horizonte el Sueve y a la derecha el Tiatordos

El Sueve con zoom

Tiatordos con zoom

Maciédome, y destacando la Peña Santa al fondo

Vistazo al este

Peña Ten

La Peña al Viento y al fondo el Torres

Pico Torres

Vistazo al oeste

Vega de Brañagallones


Detrás de la Sierra de Príes Maciédome y Pileñes, y en el horizonte el Cornión y Los Urrieles

Desde la cima de Peña al Viento

Estación invernal de las Fuentes de Invierno



Mirada al sur desde arriba

Tres vistas de la Peña al Viento a medida que nos alejamos



Por el Valle de los Pozos


Nos acercamos al coche


ASPECTOS DE INTERÉS

El Camino de Wamba, bautizado con el nombre de un rey visigodo, era una de las rutas históricas que salvaban la Cordillera Cantábrica comunicando la Meseta Castellana con el centro de Asturias. En este caso constituía un trazado alternativo a los itinerarios más concurridos que cruzaban por los puertos de San Isidro y Tarna.
La zona de Los Fornos incluye una cabecera de sustrato calizo intensamente afectada por procesos cársticos, donde la ruta atraviesa un valle cerrado (polje) recorrido por un arroyo que termina muriendo repentinamente en un sumidero. El fondo de este valle es una fértil pradera de suelo arcilloso rodeada de afloramientos calizos en los que la acción del agua ha esculpido acanaladuras (lapiaces) y pináculos.
La Collada de Acebal se sitúa en la divisoria de vertientes entre la cuenca del Nalón, que fluye hacia el Mar Cantábrico, y la Cuenca del Duero, que corre hacia el Océano Atlántico. En esta Collada también se establece el límite de León con Asturias y se contacta con una senda del Parque Natural de Redes que baja en dirección a la Vega de Brañagallones.